Cuando empezó a sonar truenos por los muertos de Hiroshima pensé que mi corazón iba a salirse del pecho en cualquier momento. Su melodía era fastuosa, al escucharla experimentabas la sensación de ser el núcleo de la propia bomba atómica , era maravilloso.
Por desgracia no encontré la canción en internet, en cuanto la divise, aquí estará, lo prometo. De verdad, merece la pena pasar los primeros dos minutos de melodía, dos minutos en los que solo escuchas como se desintegra la vida.
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